El Efecto Gone Girl

Un día como hoy, 5 de julio, desaparecía misteriosamente Amy Dunne, dejando tras ella rastros de violencia y misterios. Hoy recordamos Gone Girl, una adaptación que trajo a la pantalla grande a la villana más iconic de la década, que tuvo una venganza escalofriante, pero a la vez inteligente, y dejó un legado en la literatura.

 

“Nick Dunne me quitó mi orgullo y mi dignidad, mi esperanza y mi dinero. Me quitó y siguió quitándome hasta que dejé de existir. Eso es asesinato. Que el castigo vaya acorde al crimen.”

Si bien Gone Girl tuvo una influencia gigante en la industria editorial, su huella también se puede sentir en formas más generales y temáticas. Una de las discusiones más importantes que creó Gone Girl se centra en la noción del “personaje femenino desagradable”. Según Sarah Adams, directora de publicaciones de Transworld, “Desde Gone Girl todos hemos estado hablando más sobre este tipo de personajes. No diría que los estamos buscando conscientemente, pero creo que el mundo editorial es más consciente de que este tipo de personajes pueden ser interesantes”.

Hoy en día hablamos del “Efecto Gone Girl”, para referirnos a todas las obras que inspiró la novela de Gillian Flynn. La más popular es The Girl On The Train de Paula Hawkins, que tiene su propia adaptación, protagonizada por Emily Blunt. También tenemos libros como Disclaimer de Renée Knight, Hausfrau de Jill Alexander Essbaum y The Woman in the Window de A.J. Finn. Todos con historias completamente diferentes, pero que incluyen la idea del hogar como un lugar opresivo en vez de acogedor, con un personaje femenino desagradable a la cabeza.