Robin Thicke y su productor Pharrell Williams, se sentaron esta mañana frente a un jurado de Los Ángeles, con respecto a la demanda por plagio, que los hijos del legendario cantante salido de Motown Records, Marvin Gaye, le hicieron por supuestamente copiar la base rítimica del tema de su padre, “Got to Give It Up” (1977), para el mega hit del 2013, llamado “Blurred Lines”, según informó ABC News, en su matutino “Good Morning América”
La acusación de copia por parte de los abogados de los hijos del ya fallecido cantante es categórica, teniendo en cuenta que el mismo Thicke había dicho en una entrevista a VH1, que la canción estaba inspirada en el tema de 1977, por lo que los abogados defensores de ambos artistas dijeron que:
“Los dichos de Thicke fueron bajo los efectos del alcohol mezclado con Vicodin”.
Vicodin es un calmante que viene en formas de pastillas y que muchas estrellas acostumbran consumirla con alcohol, un cocktail que puede resultar mortal, razón por la cual, los abogados defensores de Thicke, pidieron que esas declaraciones no sean tomadas en cuenta en el juicio. Hay musicólogos trabajando en el caso, para determinar si se trata de un plagio o no.
La defensa a cargo del abogado Howard E. King dice que nadie es dueño de un ritmo o un groove, por lo que ser inspirado por Marvin Gaye debería ser un honor. Por su parte, el abogado de los hijos de Gaye, Richard S. Busch, alega que
la canción es idéntica, por lo que exigen una remuneración por las regalías de la exitosa canción.
Otro elemento que usaría a su favor el equipo jurídico de Robin Thicke y Pharrell, es que en el año 1977, aún no existía la ley de copyright
El jurado está compuesto por cinco mujeres y tres hombres y los acusados como los acusadores tienen tres días para presentar los cargos y su defensa.
El sencillo “Blurred Lines” vendió alrededor de 15 millones de copias alrededor del mundo y se habla que recaudó unos 40 millones de dólares en descargas digitales, es decir, se habla de mucho dinero en este juicio.
