Orlando Salerno

Periodismo musical, crónicas de shows en vivo, historias y cómo contarlo

Asunciónico Día 2: “La batalla de Asunción”.

Concluyó la tercera edición del festival más importante del Paraguay, con el Día 2 del Asunciónico, una verdadera batalla llena de obstáculos, pozos, lodo, agua y muchas botas, que lucharon en una noche en la que la música salió victoriosa.

La jornada del martes amaneció colapsada de agua en sus calles, repercutiendo en el tránsito de ida al Espacio Idesa, donde se se iban a presentar: Lenny Kravitz, Twenty One Pilots y Steve Aoki, entre muchos más.

La lluvia de casi 15 horas ininterrumpidas, puso a la ciudadanía en modo escéptico y comenzaba la batalla de Asunción, primer rival: El clima.

No era poca cosa, había altísimos niveles de frustración y, finalmente, para las 17 hs, las nubes se alejaron del cielo de la Capital y la gente, que hizo muchos sacrificios para llegar temprano, pudo ver al cordobés Paulo Londra, el príncipe del trap rioplatense en el Stage 3.

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Cruzando el charco, yendo del Río de la Plata hacia el oriente, vimos a los también muy queridos uruguayos del Cuarteto de Nos, quienes se enfrentaban contra Interpol, en casi el mismo horario.

Los príncipes del post punk neoyorkino volvían a Paraguay:

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En el Stage 2, con lodo hasta en las rodillas, se llegaba para sentir los ultra graves cosquilleos en el estómago que provoca el perfecto Paul Banks, que arrancó con “Say Hello to the Angels”, de la sublime ‘Turn on the Bright Lights’ (2002), aquel debut de ensueño que enamoró al mundo independiente. Tampoco faltó: “Leif Erikson”, “NYC” ni “PDA”, en lo que fue un set corto y sumamente íntimo.

Volvimos a escuchar la angustiosa “Evil”, mientras la noche comenzaba a ponerse fresca, pero los Interpol sólo estaban calentando. Se trajeron también: “Obstacle 2” y cerraron con: “Slow Hands”.

La jornada comenzaba e Interpol ya había hecho historia una vez más. La contienda asuncena se trasladó al Stage 1, donde los irlandeses de Snow Patrol hicieron que la noche sea más oscura y también aumentaron la sensibilidad del público.

No faltaron los temas: “Open Your Eyes” y “You’re All I Have”, clásicos de aquel álbum, ‘Eyes Open’ (2006), que en vivo suena como en una consola de estudio, con una vocalización impecable y una batería que usaba paneles acrílicos, al más estilo Butch Vig, para que la mezcla sea más precisa.

Las emociones también se mezclaron y comenzó a llover de nuevo, pero esta vez, eran lágrimas las que caían sobre la arena mojada, cuando el grupo cerró con su gran hit: “Chasing Cars”, que en persona es aún más lenta, triste y extensa.

Eso ocurrió en el Stage 1, luego había que hacer otra complicada marcha al otro escenario principal, para ver al grupo que iba a comenzar a agitar las piernas sobre el ya embarrado Espacio Idesa, que ahora recibía la visita de los norteamericanos: Twenty One Pilots.

A nivel global, este dúo convoca al público adolescente y, en Paraguay, se pudo ver las sonrisas más alegres del mundo. Su fandom iba a disfrutar, por primera vez, de la presencia de sus ídolos y en su momento más fresco.

Encapuchados y en llamas, así subieron al Stage 2: Tyler Joseph y Josh Dun.

Los nacidos en Ohio hicieron: rock, pop, hip hop y electrónica, estilos tan variados como sus vestuarios que se alternaban entre los temas que no pudieron faltar: “Ride”, “Stressed Out” y “Heathens”, entre otras descomunales acciones, como la del baterista, Josh Dun, que hizo un solo sobre las cabezas de sus fieles seguidores que, literalmente, lo sostenían en andas.

Esta puesta en escena ya lo coloca como el baterista más interactivo de todos, superando al mismo Tommy Lee.

Tyler Joseph, por su parte, es imperativo, indomable y tiene energías para rato. El intenso campo humedecido ya no eran un problema y todo era una fiesta, ya era la mejor noche de miles de personas en el Asunciónico y esto aún no terminaba, porque en el siguiente escenario, subía el último guitar hero del rock norteamericano: El señor Lenny Kravitz.

El mismo fue un catedrático de su género musical, con calidad técnica instrumental, vocal y mucha sensualidad, es el hombre de 55 años que nunca envejece. Comenzó llevándonos a todos directamente a 1999, con “Fly Away”, unos de sus himnos de guitarra, que vino acompañado con el groove especial del bajo, a cargo de Gail Ann Dorsey, mundialmente conocida por haber sido la bajista de David Bowie, en sus últimos 20 años.

Las lecciones de guitarra siguieron con su versión de: “American Woman”, “Dig In”, “Where we Running” y “Always on the Run”. No sin antes pasar por el desamor de: “Again” y “It Ain’t Over Til It’s Over”.
Su cierre fue con su riff más famoso: “Are You Gonna Go My Way”, en lo que fue el cierre de la noche más rockera de esta edición, con un referente en dicha materia, un artista que se hace grande en todas partes y en Paraguay se hizo gigante.

Arctic Monkeys, de la Luna al Paraguay.

Pasó el Día 1 del Asunciónico 2019, con una amalgama de artistas nacionales e internacionales muy eclécticos, que se aglutinaron dentro de un Espacio Idesa colmado de un público sediento del mejor sonido actual.

La jornada se inició en las primeras horas de una soleada tarde asuncena y Missmaella fue la encargada de abrir el festival desde el Stage 3, en simultáneo con la Siega Roots en el Stage 1, que ya mostraba lo diverso que era este multicultural line up: Rap por un lado y Reggae Pop por el otro.

Tras el paso de The Crayolas, Nine Bits, Los Tempranos, Antenna, Partes Iguales y LaNuestra como los nacionales, llegaba el turno de los platos internacionales.

Ellos fueron los DJs: Loud Luxury y Zhu, que desembarcaban por primera vez en Paraguay.

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Más tarde subía un viejo amigo de la casa y un eterno enamorado de la música de Mangoré, nos referimos al uruguayo Jorge Drexler, quien acompañado de músicos españoles, dirigió a un ya multitudinario césped que le guardaba un enorme respeto, en el escenario principal.

Su canción “Milonga Paraguaya” fue uno de los más celebrados, previo a sus palabras de aprecio hacia la obra de Agustín Pío Barrios, por quien dijo: “Mangoré inventó el tropicalismo antes que los brasileros lo hagan en los años 70”.

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Tras el show del rioplatense ganador del Oscar, arrancaron los brasileños de Armandinho en el Stage 3, con un sorprendente acompañamiento del público, ya que al mismo tiempo, The 1975 comenzaba a ser la primera banda anglosajona en sonar en el Asunciónico, en el Stage 2.

La banda liderada por Matthew Healy venía de ganar un Brit Award y era uno de los actos más esperados por los jóvenes, quienes colmaron, bailaron y cantaron a gritos las canciones que recorren sus disímiles tres álbumes de estudio.

Una actuación colorida, un sonido chicloso y un cantante que se robaba toda la atención con su hedonismo escénico, su trato amigable, actitud inofensiva y estética “Tumblr”, como una vez, el mismo Healy describió a su banda.

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Cerca de terminar su set, el grupo de Manchester tenía la difícil tarea de retener a su gente, para un último suspiro, ya que en el Stage 1, se avecinaba la llegada de sus hermanos mayores.

Una vez que todos estaban acomodados en sus puestos, observando una tarima retro/futurista, las luces se apagaron y una alarma infrarroja hizo de cuenta regresiva, previo al despegue rumbo a la Luna, con estadía en Tranquility Base Hotel & Casino.

Nuestros héroes subían al escenario por primera vez en Asunción, ellos eran: Matt Helders, Nick O’Malley, Jamie Cook y Alex Turner, quien con sus doce cuerdas de la guitarra, comienza a entonar el riff del tema que marcó un punto de inflexión en sus carreras, era “Do I Wanna Know?”, con el correspondiente tarareo de los presentes.

Los Arctic Monkeys en Paraguay ya eran una realidad.

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Un ritual que se venía repitiendo en varios países del mundo y que por fin se daba en suelo guaraní, la gente se apretujaba para ver a sus ídolos y luego se dispersaron para que detone “Brianstorm”, una verdadera bomba de relojería que data sus años mozos, con el arreglo del bajo que desacelera unos tiempos en su nudo, mientras Helders carga combustible, para que sus brazos vuelvan a golpear todo lo que tiene enfrente.

“Snap Out of It” para el primer momento bailable y seductor de su vocalista, que luego volvió a la distorsión con su oda al stoner rock: “Don’t sit down cause i’ve moved your chair”, que incluyó el paso de “La Macarena”.

“One Point Perspective”, primera canción del último álbum en sonar en el set y cuya letra se desarrolla como un guion cinematográfico introspectivo, donde Alex es el protagonista y debe morir.

“I Bet You Look on the Dancefloor”, aquel primer sencillo de su carrera en 2005, el que fue su “I Saw Her Standing There”, previo a ser los mejores debutantes en la historia del Reino Unido en el 2006.

Los años no vienen solos, el crecimiento musical de los Monkeys desde ese entonces fue astronómico y la mencionada canción, simple, sucia y adolescente, hoy en día es una simulación en vivo, para los nostálgicos y para recordar cómo éstos empezaron a hacer música con pocos recursos técnicos, y aún así, fueron Número 1 en su país.

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Del garage rock teenager británico, al rock más americanizado del 2011 con: “Library Pictures”, donde Turner es un elegante Josh Homme , seguido de “Knee Socks”, donde el propio líder de los Queens of the Stone había grabado sus voces en el disco AM del 2013.

Nick O’Malley y Matt Helders hacen de coristas, llegando a notas altísimas, mientras que la voz de Turner se vuelve la de un crooner. Eso se pudo apreciar en el timbre que ya adopta, en temas de su juventud como: “Teddy Picker” y “From the Ritz to the Rubble”, que fue la gran sorpresa del set y que salvó la vida de los viejos fans.

“Why’d You Only Call Me When You’re High?”, trajo la curiosidad de la noche, porque Alex Turner recibió una bandera del Paraguay, la subió a sus hombros y luego la colocó en el mástil de su micrófono, siendo ésta la primera vez que, el siempre reacio Turner, muestra un gesto algo populista. (Bien por nosotros y nuestros símbolos patrios, creo).

Sonó “The Ultracheese”, una triste balada que podría haber sido compuesta para la fallecida amiga de Alex, Amy Winehouse, pero lo vimos a él cantando, con sus 33 años, siendo que a los 17 soñaba con tener la voz de su amigo Richard Hawley y lo está logrando con creces.

Por su parte, temas como: “Cornerstone” y “505”, nos muestra al joven Alex quería llegar al momento en que se encuentra actualmente. Cuando antes componía canciones lentas que brillaban entre lo más rockero de su discografía.

Una improvisación instrumental denominada, “The Jam of Boston”, inicia el tema homónimo al sexto álbum, con el vocalista sentado en los teclados, para contarnos cómo los avances tecnológicos le sacan de quicio y pide un beso “en la parte inferior de la teta lunar”. La canción era “Tranquility Base Hotel & Casino”, nombre del disco con el que marcaron un quiebre sobre el concepto que se tenía de ellos y puso a Alex Turner como el líder indiscutido y a Matt Helders como su mano derecha.

“Crying Ligthing” y “Pretty Visitor”, pegados para rendir tributo a aquel álbum ‘Humbug’ (2009) que los llevó al desierto de Joshua Tree, California, donde fue grabado y que más tarde daría forma a lo que resultó ser el proceso previo a ‘AM’ y su éxito comercial en EE.UU.

“Four out Of Five” para dejar este mundo que “…se está gentrificando”, cuya única escapatoria es ir a la Luna para vender Tacos y recibir buenas puntuaciones en las redes sociales.

Este fue su último tema antes de abandonar el escenario, con un show que ya llevaba 10 estrellas de 5.

Los Monos nunca antes habían transpirado tanto como lo hicieron en Asunción, por lo que se tomaron unos minutos antes de retornar, Turner llevó un saco blanco durante todo el show y no podían terminar sin antes presentar “Star Treatment”, donde el último astro generacional del rock europeo, admite que de chico: “sólo quería ser uno de los The Strokes”.

Posteriormente, las cortantes y sensuales guitarras que dan forma a la bella “Arabella”, que anticipaban el final del concierto, con la supercool: “R U Mine?”.

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La banda terminó exhausta, dejaron todo y el público respondió como pudo, porque así como el abanico de propuestas musicales eran muy variadas, los gustos de los presentes también, pero indudablemente, todos fueron testigos de una agrupación Clase A, de las últimas con credibilidad y con mucha relevancia, en el casi acabado mundo del rock.

Al finalizar los Arctic Monkeys, inmediatamente, comenzó Pablito Lescano y los Damas Gratis para agitar y agregar literalidad, a la expresión: “En el Asunciónico 2019 hubo de todo”.

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50 años de WOODSTOCK: Pánico y Locura Musical.

El mítico festival de música estadounidense que celebraba la paz y el amor, celebra el 50 aniversario de su primera edición en 1969, mientras que las siguientes cumplieron 20 y 25 años respectivamente, siendo la última, su expresión más violenta y chocante.

La primera edición vino a ser una respuesta americana al Festival británico de la ‘Isla de Wight’ (1968) y sirvió como un reclamo masivo por parte de artistas, jóvenes, estudiantes, activistas políticos y ciudadanos comunes, contra la Guerra de Vietnam y contra todo tipo de violencia, utilizando consignas fuertemente influenciadas por el ‘Movimiento Hippie’, que en ese momento estaba en su pico más alto de expresión, pero así también, viendo su inminente abismo desde esa altura.

En aquella oportunidad se lucieron en vivo: Jimi Hendrix, Joan Báez, Joe Cocker, Janis Joplin, Carlos Santana y bandas como: Grateful Dead, Crosby, Stills & Nash, Creedence Clearwater Revival, The Who, Jefferson Airplane, Cannet Heat, entre otros.  

WOODSTOCK 1969: ‘EL SUEÑO ‘HIPPIE’ NO IBA A SER POSIBLE’.

Se apagaban las coloridas amebas de los años 60s, que giró en un mundo opresivo y en plena Guerra Fría, que arrastró sangrientos enfrentamientos en muchas partes del mundo, ya sea por las dictaduras militares en nuestro continente latinoamericano, como por la invasión de tropas norteamericanas a Vietnam.

También fue una época de liberación social y de rechazo a cualquier figura autoritaria, cuyas revueltas más significativas a todas esas injusticias del establishment, se vieron en ‘Los Disturbios de Stonewell’ (que dieron nacimiento al Día del Orgullo Gay), ‘La revolución Sexual’ (que daba inicio a la segunda ola del feminismo y lucha por la igualdad de género), las multitudinarias marchas por los Derechos Civiles, liderados por Martin Luther King y Malcom X, como así también, las protestas estudiantiles que se extendían desde ‘El Mayo Francés’ de 1968, pasando por países como: México, Japón y ‘El Cordobazo’ argentino.

Era 1969, el año en que el hombre llegaba a la luna por primera y única vez, los Beatles hacían su última aparición como banda en el techo de los estudios Apple, asumía su primer mandato como Presidente de los EE.UU, el republicano Richard Nixon, y seguidores de Charles Manson asesinaron cruelmente a la actriz Sharon Tate y a cuatro personas más, días antes de que comenzara el Festival de Woodstock.

La idea central del festival, la semilla original, fue sembrada por el entusiasmo de un joven llamado Elliot Tiber, quien tras fracasar como diseñador en New York, volvía a su pueblo natal de Woodstock, donde trabaja en un hotelucho de sus padres, que mantenían vacías sus habitaciones debido al anonimato que envolvía a dicha ciudad, ubicado en el condado de Ulster, dentro del Estado de New York, que contaba con unos 2000 habitantes. Para revertir esa paupérrima situación, el joven de 24 años emprendió la aventura de organizar un festival de rock que trajera turistas a la ciudad, y por lo tanto, clientela a sus padres, quienes portaban ideas conservadoras, al igual que la mayoría de ese pueblo que se oponía rotundamente a semejante evento dionisíaco.

Tiber, en su libro ‘Taking Woodstock: A True Story of a Riot, a Concert and a Life”, que luego sería adaptado al cine por el director Ang Lee en 2009, explica cómo se puso en contacto con el promotor Michael Lang, quien se encontraba en la ciudad de Woodstock y tenía experiencia en festivales, como uno que realizó en Miami en el 68, con presencia de Hendrix. En dicha película, Lang aparece retratado como un ‘yuppie‘, vestido de hippie.

La resistencia de los pobladores de Woodstock hicieron que el evento se celebre en la condado de Bethel, New York, en una granja propiedad de un hombre llamado Max Yasgur, quien lo alquiló por la suma de 10 mil dólares. Este festival pensaba contar con 20 mil personas, como máximo, pero juntó más de 500 mil personas en los casi cuatro días.

El festival, llevado a cabo del 15 a la madrugada del 18 de Agosto, estuvo decorado por el exceso de drogas, nudismo, sexo y mucha música, de parte de artistas que se consagrarían en dichos escenarios, debido a que varias estrellas del momento, no lograron cerrar un trato o simplemente rechazaron la idea de tocar en una estaca de cerdos, pensando que se trataba de ‘otro festival para unos cuantos hippies en decadencia’.

Entre ellos se encontraban: Bob Dylan, King Crimson, The Doors, Led Zeppelin y Frank Zappa. De igual manera, se vivieron grandes emociones, con un line up que uno podría considerar de segunda mano, pero con grandes performances individuales, como la de Carlos Santana y su joven baterista Michael Shrieve, que se mandaba tremendo solo en el nudo del tema ‘Soul Sacrifice’.

https://www.youtube.com/watch?v=NTrx_0vfE64

Un memorable show por parte The Who, la noche previa a la tormenta que hizo que el festival se prolongue casi un día más y donde interpretaron unas 20 canciones, siendo el set más largo de todos, teniendo en cuenta, que la mayoría de las bandas no llegaban a tocar 10 temas en vivo.

En un momento dado, cuando el cuarteto británico termina la canción ‘Pintball Wizzard’, extraído de su ópera rock “Tommy”, el activista político Abbie Hoffman sube al escenario y toma el micrófono para decir: ‘Esto es una mierda, mientras están aquí haciendo nada, Jonh Sinclair se pudre en la prisión‘. Luego, Hoffman sería echado del escenario por un muy molesto Pete Townshend, y cuenta la leyenda, que éste le dio un guitarrazo en la cabeza.

John Sinclair era un poeta miembro del movimiento ‘Panteras Blancas’, un grupo anti racista radical, que respondía al llamado de los ‘Panteras Negras’, quienes buscaban adeptos en filas blancas. Sinclair también era el manager del grupo MC5 (propulsores del punk) y el mismo fue condenado a 10 años de prisión por venderles dos cigarrillos de marihuana a unos policías encubiertos.

Pero si algo inmortalizó a este festival, fueron las centellas que no venían del cielo, sino de los parlantes, cuando Jimi Hendrix subió e hizo, quizás, la interpretación más original y descriptiva del himno norteamericano, utilizando la distorsión de su guitarra, para recrear el sonido de misiles, ráfagas y sirenas de la muerte, que sonaban en Vietnam.

https://www.youtube.com/watch?v=MwIymq0iTsw

 

WOODSTOCK 1994: CUANDO LAS ROSAS SE CAMBIARON POR LODO.

Para celebrar los 25 años de la primera edición del festival de 1969,  en tiempos donde la música y el estilo de vida de muchos jóvenes era muy diferente al de la primera edición, asistiendo esta vez los hijos de la generación pasada, que no tenían una guerra o causa por luchar y donde las flores de la paz y la no violencia, fueron reemplazados por el libertinaje y la inmadurez de los años 90s, ya sea de parte del público como de los artistas.

Este festival iba a ser el más divertido de una Generación X, que creció con la MTV y el fast food.

Era el año 1994, Nelson Mandela asumió la presidencia de Sudáfrica dando fin al ‘apartheid’ y Kurt Cobain, líder de Nirvana, se suicidaba meses antes de este festival.

El evento celebrado del 12 al 14 de Agosto, se mantuvo en el condado de Ulster de New York, pero ya no en la granja de Max Yasgur, sino en un pueblo llamado Saugerties, de poco más de 19 mil habitantes y donde más de 300 mil personas asistieron a lo que iba a ser dos días que se extendieron a tres, debido a una intensa lluvia que dejó el campo en pésimas condiciones, bautizando a esta fiesta como ‘Mudstock’.

El line up contaba con varios nombres que siguen circulando hasta el día de hoy y otras que ya no. Se podía ver figuras de culto en esa camada de bandas alternativas como: Collective Soul, Primus, Porno for Pyros o Nine Inch Nails, así también, grupos que inclusive ya visitaron nuestro país, como: Red Hot Chili Peppers, Metallica, Aerosmith y Blind Melon, que se presentaba en el escenario principal. Éstos últimos quedaron en la memoria de todos cuando su cantante, Shannon Hoon, cantó todo el set bajo los efectos del LSD.

El mismo sufría una fuerte adicción a la heroína y a la cocaína, que lo llevaron a la muerte al año siguiente.

https://www.youtube.com/watch?v=m-fPSniJuQM

También desfilaron bandas emergentes en ese momento como: The Cranberries, Cypress Hill y Green Day, cuyo memorable y alocado acto, estuvo marcado por la guerra de lodo que la gente lanzaba al cantante Billie Joe Armstrong y este respondía de la misma forma, burlándose de ellos por estar sucios y mojados, como los hippies del 69.

Green Day ese mismo año lanzó su disco ‘Dookie’, el que los llevó a la fama.

PD: En el minuto 6:50, Billie Joe hace alusión al Woodstock 69 diciendo: “¿Dónde está Abbie Hoffman?, quiero golpear a alguien en la cabeza con la guitarra”.

WOODSTOCK 1999: LA MUERTE DEL ROCK EN LOS ESTADOS UNIDOS.

El Nuevo Milenio se acercaba, el Y2K, el “fin del mundo” y todo el marketing que rodeaba a ese año tan esperado, quizás desde la llegada del Mesías en el Antiguo Testamento.

Todo era muy excitante, no existía el ayer y todo era mirar adelante, tanto así, que los noventas debían hacer un difícil balance de lo sucedido musicalmente y que mejor forma que celebrando los 30 años del primer Woodstock.

El año 1999 fue uno bastante agitado a nivel global, con hechos que conmovieron al mundo, como la ‘Masacre de Columbine’, donde dos jóvenes estudiantes secundarios abrieron fuego en su escuela, asesinando a 15 personas en abril de ese año. También se daba ‘La Batalla de Seattle’, un disturbio de 40 mil manifestantes entre ecologistas, obreros y jóvenes anarquistas americanos, contra la Organización Mundial del Comercio (OMC), que daba inicio al movimiento ‘anti globalización’. 

Este Woodstock 1999 traía una inmensa diversidad de estilos en tres escenarios, durante 3 días, del 23 al 25 de julio y sería transmitido por la TV Americana, por el sistema ‘Pay-per-view’ (pago por ver). En esta oportunidad, volvieron a cambiar de sede, pero no de Estado, los organizadores encontraron un pista aérea militar abandonada, en Rome, New York, y el evento estaba apoyado políticamente por el Alcalde de esa ciudad, Joseph Griffo, actual Senador Republicano de los EE.UU, el mismo instaba por todos los medios a que la gente vaya al festival, que tenía un costo de 180 dólares por los tres días, teniendo en cuenta los 18 dólares del 69 y los 130 dólares del 94.

Había puestos de cajeros automáticos, bebidas, comida rápida de conocidas marcas corporativas y tenían unos precios exorbitantes. Una joven denunciaba que pagó 12 dólares por un pedazo de pizza y otro joven dijo que tuvo que beber el agua de su pipa de cannabis, para no deshidratarse.

Era el consumismo con la perilla al máximo, en un festival cuyas consignas históricas, significaba todo lo contrario a lo que ahí se respiraba. Pensaron que irían unos 200 mil yuppies o niños ricos universitarios, pero se encontraron con varios slackers amantes del rock y del caos.

En lo musical, había de todo y nadie se podía quejar, el line up abarcaba a las bandas más populares del género de moda en ese entonces, el Nü Metal, con bandas como: Kid Rock, Rage Against the Machine, Korn y Limp Bizkit, lo mismo que el post grunge de bandas como: HIM, Live o los británicos americanizados de Bush, liderados por Gavin Rosedale. Sin olvidar el set electrónico de The Chemical Brothers o Fatboy Slim, la cuota femenina de Alanis Morissette, Jewel y Sheryl Crow, las presentaciones magistrales de Dave Mattthews, Jamiroquai o Elvis Costello, como así también, la fuerza de grupos como Metallica y Megadeth, más el cierre a cargo de los Red Hot Chili Peppers, que sacaban el mejor álbum de ese año: ‘Californication’. 

Un mar interminable de cabezas en dicho festival cuyo pacífico primer día, parecía que iba a repetirse en dos oportunidades más. Cerraron el telón del viernes 23 la banda Bush en el escenario Este (el principal) y George Clinton en el escenario Oeste. El segundo día tendría un arranque amistoso con Wyclef Jean, Alanis y los Counting Crows, pero llegaba las 20:00 hs del sábado y subía Fred Durst con los Limp Bizkit a escena.

Sin dudas, Limp Bizkit daba uno de los mejores shows de su carrera, Fred es un tipo al que le gusta manejar todo lo que está a su alrededor, inclusive, sin son 200 mil personas, ya que todos tienen que poguear y prestarle atención.

Ya con el público en sus bolsillos, Fred llama a sacar toda la mala energía cotidiana y comenzar a “romper cosas”, mientras empieza el tema ‘Break Stuff’, el público le hace caso y empiezan a sacar las maderas de los puestos de comida y comenzaban a ‘surfear’ entre el público. La cosa se salía de control y en un momento dado, le bajan el volumen del micrófono a Durst, que trataba de arrancar el penúltimo tema: ‘Nookie’, su más reciente hit, él mismo manda a la mierda a los técnicos y éstos le reponen el audio.

Fred luego nota la cantidad de maderas y personas surfeando por encima de esas cabezas y pidió hacer lo mismo, para el último acto, su versión de ‘Faith’.

Por si no fuera suficiente desmadre, la siguiente banda era Rage Against the Machine, un grupo de extracción marxista/guevarista, que vendía millones de discos en los EE.UU y eran perseguidos por la controversia. 

RATM acostumbraba portar dos banderas en el escenario, una con el rostro del Che Guevara y la otra era la bandera norteamericana invertida, pero para este festival, la organización les prohibió hacerlo y ellos sorpresivamente hicieron caso, pero no sabían, que el cuarteto de Los Ángeles tenía una sorpresa al terminar su set y era la de quemar la bandera yanki, al finalizar ‘Killing in the Name’.

Más tarde Metallica daba fin a la segunda noche, en la que sería la fecha más rockera de todas y para el tercer día, se suponía que iba ser, por fin, todo paz y amor, con un cartel que incluía a: Willie Nelson, Everlast, Elvis Costello, Jewel, Creed y el cierre de los Red Hot, pero finalmente, esa fecha se recordó como: ‘el día que el rock murió en EE.UU’.

Como mencionamos antes, los precios de las bebidas y comidas eran muy elevados, la falta de dinero en efectivo, ya sea para comer o volver a casa, empeoraba todo para los presentes, que ya eran jóvenes jugados a su suerte y como en la novela ‘El Señor de las Moscas’, siguieron sus instintos y por supuesto, se volvieron todos locos.

El caos comenzaba cuando miembros de una organización anti violencia armada, repartían miles de velas al público, para que lo encendieran al momento que los RHCP tocaran ‘Under the Bridge’, como llamado a la conciencia sobre el peligro de las armas, pero las velas se usaron como mecha de lo que sería una verdadera revuelta trágica, que incluyó saqueos de puestos de comida, incendio de parlantes, robos a cajeros automáticos y autos estacionados que fueron violentados y usados como barricadas, contra la respuesta policial.   

Los Red Hot estaban presentando su último gran álbum ‘Californication’, Flea tocaba el bajo desnudo y John Frusciante estaba de vuelta en la banda. Los mismos estaban haciendo lo suyo, hasta que los detienen para que uno del staff del festival agarre el micrófono y tranquilice a aquellos que se espantaron con las pantallas que mostraban fuego por todas partes.

La banda retornaba al escenario para un par de temas más y antes de comenzar ‘Sir Psycho Sexy’, Anthony Kiedis dice: ‘Wow’ desde aquí esto parece la película ‘Apocalispse Now’.

Y para colmo, el último tema de su set era el cover de Jimi Hendrix, ‘Fire’, que según Kiedis, fue a pedido de la hermana del fallecido músico, de que cerraran con ese tema, como tributo a quien cerraría la primera edición de 1969 y vaya que hubo fuego.

Así concluía uno de los últimos festivales masivos de rock en los EE.UU, con un line up sumamente rockero. Era el fin de una era, donde la música salía perdiendo y los políticos conservadores ganando.

#CLIPPYO2018: LANZAMIENTOS NACIONALES DEL AÑO

Se termina el 2018, otro gran año para la producción y lanzamientos de materiales de grupos, solistas y dúos nacionales, del cual muchos de ellos debutaron, otros que se fueron consolidando y uno en especial que se despidió con un EP.

Al igual que en el #CLIPPYO2017, este año contó con una interesante variedad de propuestas que plasmaron su trabajo en el estudio y luego publicaron sus canciones en plataformas digitales, formato CD, cassete e inclusive en vinilo.

Estos vinieron acompañados de memorables shows en festivales, o en citas más íntimas, con un público local que anualmente recibe estas realizaciones como un premio al acompañamiento que se le da a la puesta en escena nacional, cuya calidad de producción va nivelando para arriba.

TENDER CAGE – WITHIN THE WINDOW (EP) 

Este EP fue lanzado pocos días antes de su presentación en el Asunciónico 2018, donde los Tender Cage abrieron a los Imagine Dragons, desde el escenario alternativo, que convocó a una buena parte del público bajo la lluvia, debido al buen recibimiento que tuvo este material que estaba destinado a ser la antesala de un primer disco de larga duración.

El breve tracklist contó con cristalinas guitarras en temas como “Regards”, una madura voz melancólica en “Lack of Feel”, el despreocupado garage rock revival de The Strokes en “Cross-Eyed Boys” y derrocharon sensualidad en “Shores”.

Muchos temas que formaban parte de su repertorio en vivo no lograron registrarse en este ‘Within the Window’, que al finalizar, uno termina quedándose con las ganas de escuchar más, y así seguiremos, debido a que lastimosamente, los Tender Cage anunciaron su disolución como banda en octubre pasado.

EEEKS – ORACLE 

EEEKS lanzó su segundo álbum, un hecho bastante celebrado por sus fieles seguidores que pensaban que nunca más regresarían de su primera gira por el oeste norteamericano en 2017.

Un año después regresaron con ‘Oracle’, que fue grabado en cinta en un 80% y enteramente en un rancho situado en el lejano desierto de Arizona, EE.UU, cuando no estaban girando por ese estado o el de California.

El material fue distribuido en formato digital y en cassette, a través del sello cassettegráfico, Gnar Tapes de Los Ángeles y Pink Haze de Montreal, Canadá.

Debido a su desarrollo en cinta, el disco cuenta con canciones más orgánicas, como el primer track, “Freaky Chums”, cuyo video oficial muestra el proceso de grabación de este disco y las andanzas del grupo por el país del norte.

THE CRAYOLAS – ‘BEING THERE’

Tras ser la gran revelación del 2017 gracias a su EP homónimo grabado de forma casera, The Crayolas lanzó este año su primer LP  de estudio titulado ‘Being There’, un álbum más dreampop, pero con los destellos psicodélicos del surf, que mantuvieron de sus primeras canciones, que llegaron a sonar mucho en HEi Radio.

El mismo fue producido por el cantante y guitarrista Walter Riffler, que encontró inspiración en Jack Tatum , líder de Wild Nothing y contó con varios músicos invitados como: Rogelio Sanabria (EEEKS) en sintetizadores, Facu Romero, cantante del grupo argentino PYRAMIDES, en el tema “Despertar” y Pablo Ritter (La Siega Roots) en trompetas, para el sencillo “I Know i Should’, cuyo aporte de vientos le dio un aire fresco a una canción relajada y trippy gracias al trabajo de voces.

NÉSTOR LO Y LOS CAMINATES – SALTEN, CANTEN, GRITEN, BAILEN

Néstor Lo y Los Caminantes lograron reunir a una importante cantidad de seguidores en cada presentación en vivo y este material fue uno de los más esperados del año.

Este grupo de numerosos integrantes hacen música folclórica paraguaya fusionada con ritmos pop latinos, que provocan el goce y baile de multitudes. Sus letras están cantadas en castellano y en guaraní, con frases que hacen alusión a las tradiciones típicas del campo y al amor.

‘Salten, Canten, Griten, Bailen’ es el enunciado de este material que fue distribuido a través de un diario local y también en plataformas digitales como Spotify. Su canción más celebrada es “Mamáma” que contará con un videoclip próximamente:

KITA PENA – CASI NADA DE LO QUE NOS ENSEÑARON SIRVE PARA SONREÍR Y OTRAS FÁBULAS

Kita Pena lanzó su tercer disco este año, el mismo cuenta con un extenso rotulo, porque es lo mucho que abarca en emociones este disco que sin dudas es el trabajo más completo de esta banda, que inicialmente, reunió a integrantes de dos populares grupos nacionales para hacer algo diferente, y este disco es el resultado más simbólico de todo ese proceso.

Este fue el primer álbum que la banda lanzó bajo el sello 4K Music y también es la primera colaboración con el productor argentino, El Chávez, que ya trabajó con Kchiporros y Villagrán Bolaños.

Su primer sencillo promocional fue “Daltónico”, cuyo video se hizo multiviral en las redes sociales y en el mismo se nota la reinvención del grupo, tanto en sonido e imagen, llevando consigo un mensaje de tolerancia e inclusión en sus letras.

SQUARE PANTS – SQUARE PANTS SHOW 

La banda nacional de ska punk cumplió 14 años de carrera en este 2018 y lo celebró con el lanzamiento de su esperado segundo álbum de estudio titulado ‘Square Pants Show’, luego de lo que fue su debut, ‘Grandísimos Hits’ (2016), que fue el primer LP oficial de este grupo que viene haciendo ruido desde mediados de la década pasada.

‘Square Pants Show’ salió a través de las principales plataformas digitales (Spotify – Deezer – Apple Music) y también en formato físico, que fue lanzado durante un concurrido concierto del grupo en el PRF (Partido Revolucionario Febrerista).

Este lanzamiento mantiene viva la llama skapunk adolescente asuncena que no teme cumplir 30 años ni tampoco duda en meterse en un pogo circular.

EL CULTO CASERO – EL RADIO DE LA LUZ 

Esta agrupación se formó hace pocos años, pero con el lanzamiento del primer tema que se desprende de este EP, “Paracaídas”, ganaron una notoriedad repentina y la gente en sus shows cantaba la canción como si los conocieran hace 10 años.

Ese hype provocó la salida casi inmediata de este material que cuenta con canciones up tempo, con letras optimistas y otras no tanto, pero que son fáciles de escuchar por su simpleza, limpieza y alegres melodías a cargo de la guitarra.

El Culto Casero pintaba como el hermanito menor de la creciente oleada indie asuncena, pero de un tiempo a esta parte, logró juntar muchos adeptos, y ya se los considera como los nuevos Deliverans, porque también ofrecen memorables y agitados shows en vivo.

ANDREA VALOBRA – HYBRIDA (EP)

La cantautora hizo su gran regreso con un EP de seis canciones titulado ‘Hybrida’, nombre que eligió para hacer honor a su propia naturaleza musical donde convergen elementos de distintos estilos que se plasman en este material.

Acompañando a este lanzamiento, Andrea Valobra también mostró su nueva imagen en el videoclip del tercer corte, “No Oh Oh!”, la cual lleva una marcada influencia de ritmos latinos en sus arreglos mezclados con el rock, el pop y su potente voz.

La artista no había intentado esta combinación en su carrera antes y este salto resultó ser muy bien acogido por el público en general.

PAT & THE JURASSIC BAND – VOLUMEN II (EP) 

Esta banda que reúne a dos generaciones en un mismo escenario, lanzó su segundo EP titulado ‘Volumen II’, luego del ‘Volumen I’ lanzado en el 2016.

Esta resultó ser otra muestra en estudio, de la química que tiene este grupo, que reúne a dos edades en vivo, por el amor al rock y al pop de los 70s, 80s y 90s, que se resumen en una puesta en escena atemporal, que gusta a grandes y a pequeños.

Patricio Brugada, su padre y amigos de ellos, lanzaron también este año el vídeo musical de “Heat” y también se presentaron en el Día 3 del Asunciónico 2018.

LUIGI MANZONI – MÚSICA = MÚSICA

El joven cantautor y productor viene forjando una carrera en solitario bastante aclamada por el público adolescente y este año confirmó su status como ídolo juvenil, tras el lanzamiento de ‘Música = Música’, su segundo trabajo personal tras integrar el dúo Nói, con su hermano Giuliano Manzoni, a inicios de esta década.

En este material Luigi contó con la colaboración de Anna Chase, para el tema “Conmigo No”, con el que se alejó un poco más del pop, para explorar el campo del reggaeton y lo mismo que hizo en el sencillo “Rumba” con el que abrazó el ritmo de ese género.

KCHIPORROS – EL EQUILIBRIO (EP)

La banda paraguaya con más llegada internacional del momento, anunció la salida de una serie de EPs que comenzaron este año con ‘El Equilibrio’, que apela al rock latino con enfoques más maduros que se conectan con la nueva esencia del grupo y con su historia.

Para este trabajo contaron con la ayuda de sus productores originales (del 2007 al 2010): Martín Lorenzo y Mariano Francescceli de los Auténticos Decadentes y de este material se desprende “La Semilla”, la primera canción y video musical cuyo mensaje apunta a la evolución de Kchiporros, en sus prósperos 12 años de carrera.

Habrán más EPs de los Kchiporros en el 2019, ya que en cada material trabajaron con productores ganadores del Grammy, como el argentino Rafa Arcaute y el venezolano Héctor Castillo, quienes ya colaboraron con: Calle 13, Los Fabulosos Cadillacs, No Te Va Gustar, David Bowie, Beck, Roger Waters y Gustavo Cerati.

PURAHEI SOUL – SWING GUARANÍ

El dúo más querido del soul pop paraguayo, lanzó su muy anticipado primer álbum de estudio, donde estas dos voces por fin se encuentran grabadas para ese público que los sigue desde hace varios años, en escenarios y peñas.

El álbum ‘Swing Guaraní’ cuenta con 8 canciones propias y 3 versiones a cargo de los Purahei Soul, como el clásico “Hit the Road Jack” de Ray Charles, que acostumbran interpretarla en vivo.

En este trabajo también se distinguen los sonidos del jazz y de la música original del Paraguay, como la Guarania. El mismo fue grabado en Kamikaze Records, bajo la dirección y arreglos de Willy Suchar.

JODI – POP ESPONTÁNEO

Por último y como si no hubieran esperado unos 48 años para ser publicados, finalmente llegamos a ‘Pop Espontáneo’, el último material discográfico de Jodi, el dúo de hermanos paraguayos de origen alemán, que contiene 19 canciones inéditas, grabadas entre los años 1969 y 1975, en su estudio casero que en aquel entonces se llamaba: Estudio Experimental JODI.

Este material sale a la superficie en consecuencia a la increíble historia sobre el re-descubrimiento en 2016, del álbum ‘Pops de Vanguardia’, que fue lanzado originalmente en 1971, pero que no logró la aceptación del público ni de las radios en su momento, debido a la propuesta sonora muy adelantada a su tiempo y poco digerible en el Paraguay de la dictadura.

Tras ese hallazgo casi antropológico, y que fue editado por el sello indie español Guerssen Records, el mayor de los hermanos, Jörn Wenger, firmó un contrato con esa compañía disquera, por lo que este año tuvo que desempolvar viejas cintas con canciones grabadas que nunca antes fueron publicadas, pero que hoy representan todo un tesoro del psych rock sudamericano.

‘Pop Espontáneo” salió en formato de vinilo, CD y digital, siendo un documento de colección para los amantes de la música y de los pioneros en sonidos revolucionarios, pero que fueron poco tenidos en cuenta en su época.

Marcelo Soler en vivo y para Ernesto este sábado

El notorio baterista local, Marcelo Soler, lanzó su primer material en solitario, luego de formar parte de bandas como Eseka’a, Pipa Para Tabaco, Ripe Banana Skins y Kita Pena, a lo largo de una carrera de poco más de 15 años.

El músico de 29 años estuvo de invitado en Animales de Radio, para presentar “A dónde fue”, el primer corte de ‘Para Ernesto’, un álbum que se compone de varias ideas y sonidos que fueron pensados en el 2003 y grabados recién a inicios del año pasado, en homenaje a su padre, el también músico Ernesto Soler.

Estas nuevas canciones se lanzaron a través de Spotify en Noviembre del 2017 y desde ese entonces, no hubo una promoción de medios ni fechas de su presentación en vivo, hasta que finalmente, el propio Marce vino a los estudios de HEi Radio, para invitarnos al show de lanzamiento, este sábado en “Villa del Gallo” (Manuel Pérez 550 c/ Juan de Salazar) en el marco de una nueva edición de la fiesta de hip hop: Yabish Party.

https://www.facebook.com/yabishparty/photos/a.1175027409307161.1073741835.497782463698329/1175027372640498/?type=3&theater

El mismo habló con Mazizo Torres sobre el proceso que lo llevó a materializar todas estas canciones que no encontraban un lugar en las múltiples bandas que militó: “En este disco encontrás jazz, funk..y otros géneros que no iban con mis grupos, entonces las tuve guardadas por mucho tiempo..” señaló Soler.

También comentó que este álbum está muy inspirado en la música de su hermano, Pee López, con quien aprendió mucho de los estilos que marcan a la mayoría de estas canciones, que fueron grabadas por músicos como: Chino Corvalan y Gabriel Fretes en los bajos, en guitarras estuvieron José Roa, David Muller y su hermano menor Robin, que hizo voces al igual que: Miguel Narváez de Purahei Soul, Andy Valdovinos y una cantante puertorriqueña llamada Marielis Montañez, entre otros invitados.

El tema “A dónde fue” es el primer corte que fue presentado hoy en la 91.9 FM y el mismo también cuenta con su video oficial.

Marcelo pormetió también muchas sorpresas para este show, con invitados especiales y quizás, algunas canciones nuevas, ya que estaría lanzando su segundo material para finales de este año.

El disco fue editado por 4K Music y su formato físico se encuentran en todas las disquerías de Music Hall o en el Café Consulado, mientras que algunas copias estarán disponibles en el show de éste sábado, que contará también con la selección de los DJs: Santa California y Walter Rifler.

Las entradas anticipadas están a Gs. 25 mil y para adquirirlas ingresá al sitio de la productora de eventos: Bogo Bogo. En puerta tendrán un costo de Gs. 35 mil.

Open Doors: 22:00 hs.

Arte de tapa_ Iron Lobo Jr.

 

 

La deconstrucción de los Arctic Monkeys con ‘Tranquility Base Hotel’

Los Arctic Monkeys lanzaron hoy su esperado sexto álbum de estudio titulado: ‘Tranquility Base Hotel & Casino’ y para promocionarlo fueron al programa The Tonight Show, que conduce el actor y comediante Jimmy Fallon.

Ahí el grupo presentó por primera vez en TV, el aclamado tema: “Four out of Five”, que podría ser el primer sencillo de este nuevo álbum, teniendo en cuenta que no hubo un adelanto previo a este lanzamiento, salvo lo que se filtró por Internet esta semana.

https://www.youtube.com/watch?v=DHMBJ2do1XU

Este nuevo material discográfico de la banda liderada, hoy más que nunca por Alex Turner, es un trabajo que no se puede tomar con pinzas, porque es un todo, con un concepto y sonido completamente diferente a cualquier otra cosa que hayan lanzado antes como Arctic Monkeys.

El cantante y guitarrista devenido en pianista, compuso de forma unipersonal las 11 canciones de ‘Tranquility Base Hotel & Casino’, un disco que al parecer iba destinado a ser su primer álbum en solitario y se nota bastante.

La estética de los Arctic Monkeys ya no es la misma y como vimos en el set del programa de Jimmy Fallon, ya ni siquiera son un cuarteto, sino que se componen como una orquesta en vivo, con cuatro sesionistas que acompañan a Turner y compañía.

Si hacemos la cronología de los Arctic Monkyes, desde su primer álbum: ‘Whatever People Said What i am that’s what i’m not’ (2006), el cambio es titánico, porque obedece a las diferentes etapas de la música, la banda y sobretodo, la visión de Alex Turner, el encargado principal de las letras.

El sucio garage rock del primer álbum, que la NME dijo que: “Tiene la ironía de los Sex Pistols, las melodías de los Beatles, el groove de The Smiths, el legado de The Kinks y un aire de Oasis…”, hoy se traslada a la voz, puño y letra de Alex Turner, que con este regreso, se consolida como el gran letrista de su generación.

Su segundo álbum ‘Favourite Worst Nightmare’ (2007), vino pegado a su álbum debut y en plena gira, en ese entonces, todavía eran unos jóvenes sumamente tímidos, que se negaban a dar entrevistas a la televisión y a actuar en sus videos.

Cualquier adolescente inteligente de la época sentía que los Arctic Monkeys eran uno de ellos, entre tanto caretaje que había en las otras bandas de rock, sobre todo en Inglaterra, cuando Chris Martin se convertía poco a poco en el nuevo Bono y los Oasis caían en desgracia.

Luego llegaría ‘Humbug’ (2009), que se acerca más al concepto y etapa de la vida del Alex Turner del sexto disco. El mismo había grabado, previamente, el primer álbum de su proyecto paralelo, The Last Shadow Puppets en el 2008, con su mejor amigo Miles Kane y de esa experiencia contrajo aristas que posteriormente supo moldear en ese tercer disco de los Arctic Monkeys.

‘Humbug’ fue el primer trabajo bien sombrío de la banda, que se adentraba en sus veinteaños y comenzaban la etapa adulto/joven, dejando atrás las canciones sencillas y con voces chillonas, propia de una edad con cambios hormonales. El cambio fue positivo para Alex Turner, cuyo perfil iba tomando más confianza, porque ya comenzó a actuar en los videos, se dejó crecer el cabello y ya no colocaba su guitarra a la altura del tórax, para bajarlo hacia la zona genital.

Ya se sentía más cómodo, aprendió a aceptar su imagen de rockstar y en los siguientes años, sería catalogado como el nuevo galán de canciones pop sensibles, con el cuarto disco: ‘Suck it and See’ del 2011.

El grupo ya era considerado un neoclásico en muchas partes del mundo, menos en los EE.UU, un mercado sumamente complicado y tradicionalista, que siempre se mostró reacio a las propuestas británicas de los últimos 20 años, salvo con Coldplay y los One Direction, que rompían la brecha entre el rock y el pop en el 2013, año en el que los Arctic Monkyes lanzaron su álbum más yankee: ‘AM’, que contó con las contribuciones de Josh Homme (Queens of the Stone Age), para redondear una propuesta filosa, elegante y super cool.

Su mejor trabajo discográfico para algunos y el más comercial para otros, ya que muchos comenzaban a ver a Turner como un traidor de sus propias palabras y filosofía de sus dos primeros discos. El nuevo Alex se peinaba como un Teddy Boy, usaba joyas, ropa de cuero ajustado y las chicas deliraban por él, porque ya era un sex symbol para un nuevo público norteamericano y mundial, que no consumía música indie, pero que adoró la quinta placa de los Arctic Monkyes.

Luego, vino el hiatus de cinco años, que sirvió para que el cantante explore nuevos horizontes sonoros y de paso, volver a grabar con su mejor amigo, Miles Kane y así lanzar el segundo álbum de The Last Shadow Puppets, que una vez más y luego 10 años, volvió a tener incidencia en un trabajo de los Arctic Monkeys y ese resultado es: ‘Tranquility Base Hotel & Casino’, de este 2018.

Un álbum marcado por el piano como el instrumento más importante de todos, ya que el resto sirve como capas especiales, con una tímida batería y un bajo de jazz con una mínima distorsión. La melodía está a cargo de los sintetizadores y de la voz de Turner, que técnicamente se destaca como nunca antes, desparramando “bowies” por todas partes.

Con este nuevo álbum, Alex Turner hace lo que cualquier artista que sabe interpretar su época y es seguro de sí mismo haría: arriesgar absolutamente todo, el afecto de sus fans más rockeros, su rotación en las radios comerciales y lo más peligroso: el destino de los Arctic Monkyes, ya que no sorprendería que ésto sea lo último que sale del grupo nacido en la ciudad de Sheffield.

El smooth jazz del primer tema ‘Star Treatment’, determina el discurso principal del álbum, que se basa en la redención y sobre lo que aspiraba ser un ex adolescente que admiraba a The Strokes y que ahora se adentra en sus treinta y pico de años, para una nueva etapa de madurez musical, sumamente sincero y espiritualmente derrotado.

Este álbum es una terapia para Turner, una catarsis sobre esta era de la alienación digital, la adicción a las redes sociales, el capitalismo y el aburguesamiento de toda una nueva generación de adultos, que creció con la música de los Arctic Monkeys y al igual que su líder, nada hizo por cambiar la realidad que vivimos hoy y permitió que sucedan todos los males que nos aquejan.

En resumen, ‘Tranquility Base Hote & Casino’, es el proceso deconstructivo de Alex Turner y los Arctic Mokeys, que van dejando de lado “el hit” radial, el glamour, la ambición por triunfar en los EE.UU y lo más importante, van decontruyendo y matando al rock n’ roll que ellos mismos, sin querer queriendo, salvaron a mediados de la década pasada.

Y como la mejor canción del álbum, “Four out of Five”, el sexto álbum de los Arctic Monkeys se lleva 4 estrellas de 5.